viernes, 15 de junio de 2012

Emblema de lucha



En el 2008, en el marco de la consolidación del ciberactivismo y del surgimiento de “Anonymus” surgió una imagen hecha mascara, la cual se ha convertido en un emblema de las rebeldías modernas.
Esta imagen es la imagen caricaturizada de Guy Fawkes, un fundamentalista católico que a principios del siglo XVII trató de hacer volar el Palacio de Westerminster.
La historia va más o menos así, un grupo de fanáticos religiosos querían demoler edificios que simbolizaban el poderío de un poder enemigo y opresor, el Gobierno Protestante.
Los complotados ingleses pretendían hacer volar por lo aires la sede del Parlamento para acabar con el gobierno protestante y restablecer la fidelidad a Roma y al Papa en la corona británica. Para ello acumularon 36 barriles de de pólvora en los sótanos del edificio, este atentado fue coordinado por Fawkes, que era entre los conspiradores, el que tenía experiencia militar: misma que había obtenido peleando contra protestantes bajo órdenes de la corona española, y por eso se hacia llamar “Guido”, en español. La conspiración fue descubierta  y la mayor parte de los participantes- Fawkes incluido- fueron ejecutados a la brevedad y sus cuerpos exhibidos al morbo del pueblo. Por lo mismo este personaje hasta hace poco era o sigue siendo, considerado un canalla, hasta el punto que el 5 de noviembre, en la Gran Bretaña actual, se conmemora su fracaso con fuegos artificiales y postres tradicionales.
En 1840 Harrison Hortensia publico una novela de dicho personaje, aunque era una obra de mala calidad, como en otros casos, se volvió un best seller.
Pero fue la historieta “V for Vendetta” (“V de Venganza”) , publicada en Estados Unidos entre 1982 y 1989 escrita por Alan Moore ilustrada por David Lloyd, la cual se convirtió en un comic de culto, la que operó la conversión del terrorista histórico en un disidente anónimo que lucha contra un gobierno fascista en una Inglaterra de un futuro cercano. La adaptación al cine en el 2005 culminó la metamorfosis hasta hacer a Fawkes un héroe entrañable.
De la película a las redes, este rostro caricaturizado pasó a los movimientos de “Indignados” en España, de “Occupy”   en Estados Unidos, a las revueltas árabes, al movimiento estudiantil chileno y a las marchas de #YoSoy132 en México.
Por supuesto la adopción del símbolo por las rebeldías contemporáneas no implica de ninguna forma la reivindicación de los conspiradores católicos del siglo XVII, sino la del anónimo “V”, del comic de Moore-Lloyd, combatiente de la libertad ante un régimen opresor y totalitario.
La enseñanza, los emblemas de lucha no necesariamente provienen de la historia: pueden, por qué no, recuperarse de una historieta. En hora buena.