martes, 23 de octubre de 2012

Día de Muertos VIII: Leyendas Coloniales de muertos




Durante la colonia, al combinarse las creencias de españoles e indios, se generaron leyendas cuyos elementos centrales eran prestados, en general de historias medievales y algunas veces de las formas y características indígenas. Estás aparecen llenas de oscurantismo al tener como personajes principales a fantasmas, brujas, la muerte   y demás elementos sobrenaturales.

Se trataba de historias y leyendas  en las que la codicia, lujuria, avaricia, ambición y todo tipo de libertinajes y vicios eran castigados con la muerte, la muerte aparece como actor principal y casi siempre vinculada al terror y al misterio. No se trataba de una muerte justa, sino de una muerte ejemplificadora, súbita, aterradora y en ocasiones inexplicable, que acechaba a los hombres.

La muerte era un inevitable castigo. Una típica leyenda con este mensaje “edificante” es “Sin morir estaba muerto” donde se cuenta la historia de Don Gonzalo Venegas Quesada, quien era un mujeriego empedernido para quien las conquistas sentimentales eran deporte; su vida la dedicaba a “derribar la entereza de las vírgenes”  por lo cual se batió a duelo en varias ocasiones y siempre salió victorioso. Don Gonzalo era pérfido y, a juzgar por su comportamiento, enemigo de Dios; además era adinerado y se valía de todos los medios posibles para conseguir sus propósitos.

Cierta noche siguió a una bella dama que salía de una iglesia; la persecución lo condujo  hasta un zaguán y luego una habitación en cuyo centro rodeado de cuatro cirios, se encontraba un féretro. La mujer se hincó para besar la mano del muerto y luego se unió a un anciano que rezaba y aun hombre que permanecía muy afligido.

La escena heló el ánimo de Don Gonzalo pues reconoció en el anciano a su abuelo, el hombre afligido y arrodillado era su padre y la mujer que había seguido era su propia madre: todos ellos fallecidos hacia tiempo. En el féretro se hallaba el propio cadáver del malvado Don Gonzalo, quien cayó desvanecido en el acto. Al día siguiente, frente al convento del Carmen, se descubrió un humilde ataúd con el cuerpo sin vida de Don Gonzalo.

Así implacablemente, la muerte vencía al mal.

Eso es todo por hoy… para la próxima la leyenda de leyendas… “La Llorona”

domingo, 21 de octubre de 2012

Día de Muertos VII: La Catrina, su origen y su historia.




En la época porfiriana, la gente “bien” , que en aquel entonces estaban muy  influenciados por los comportamientos modernos  importados de Europa, se alejó del espiritualismo de los indios y españoles, dando un carácter banal a la fecha.

Era costumbre de la clase adinerada, la de estrenar ropa para estos días, en aquellos días esta empresa era todo un reto, ya que eran confeccionadas por modistas quienes no se daban abasto en estas fechas. Así  la comunión entre vivos y muertos, el día de consagración y memoria de los finados, se había convertido en un pretexto de diversión de la “alta sociedad” porfiriana, en una ocasión para divertirse.

Amplios sectores de la sociedad paseaban por la Alameda el día 1ro. De noviembre; al día siguiente visitaban los panteones en un ambiente de frivolidad.

Al llegar la Revolución, con la popularización de las “calaveritas satíricas” estas tradiciones fúnebres  se volvieron más del “pueblo” que aprovechaba estas fechas para burlarse de cierto modo de la clase política y adinerada del país, esta tradición alcanzó su máximo nivel de la mano de José Guadalupe Posada, grabador nacido en Aguascalientes en 1852.

Posadas no solo señalo gráficamente las lacras, las miserias y los errores de la sociedad de su época, sino que satirizaron a los políticos venales, ambiciosos y tiránicos, por cuyo motivo fueron a dar varias veces a la cárcel.

En sus trabajos Posada retrata a la muerte en actividades cotidianas, sin respetar clases ni oficios; De sus trabajo el más representativo es la “La Calavera Garbancera” ésta elegante calavera es la representación caricaturesca de la clase privilegiada que imperó en México a fines del siglo XIX y principios del XX, durante la dictadura del porfiriato.  

Alcanzó y forjó su popularidad cuando el también artista mexicano Diego Rivera la retrató junto a él y Posada en su célebre mural “Un domingo en la Alameda”. Y de ahí se le dio el nombre de “La Catrina”. Esta palabra proviene de la palabra ‘catrín’, sinónimo de elegante, distinguido, bien vestido, fino, sofisticado y otros adjetivos con que el pueblo denominaba a las clases privilegiadas de esa época. La Catrina es la compañera del Catrín y con ese garbo ha permanecido hasta nuestros días.

viernes, 19 de octubre de 2012

Día de Muertos VI: Calaveritas Literarias.




“El mexicano es el único capaz de reírse de su propia desgracia”
Dicho popular

Las calaveritas literarias son versos  en tono sarcástico y a manera de EPITAFIO,  sobre políticos en general,  representados como cadáveres pretendiendo anticipar su muerte.
Su más antiguo antecesor, es una costumbre funeraria traída por los españoles llamadas PIRAS FUNERARIAS, que eran discursos que se pronunciaban en alabanza de alguien, estas se desarrollaron durante el virreinato, pero no tuvieron mucho impacto.
Las Calaveras como modo de parodia burlesca se dice que inicio en los tiempos de Reforma con la obra “La quijotita y su prima” escrita por Fernández de Lizardi, después empezaron a aparecer gacetillas impresas como hojas sueltas que recibieron el nombre de calaveras, después fueron ilustradas con cráneos y esqueletos.
Ya para el porfiriato las calaveras se habían popularizado, ya que al igual que los chistes, tenían una función catártica para el pueblo ya que daban la oportunidad de burlarse y criticar a los políticos y poderosos, y de imaginar la muerte de estos.
Actualmente se busca que sean lo más creativas posible, utilizan la sátira principalmente para transmitir un mensaje. Las temáticas que abarcan son muy diversas, las hay de personajes vivos, muertos, imaginarios, políticos, héroes, villanos, artistas y hasta equipos de futbol
Aquí algunas que me han parecido trágicamente geniales.
.:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.:
La muerte llegó al panteón y lo vio muy saturado;
“son muertos por Calderón” oyó de un uniformado.

.:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.:
La represión a los estudiantes
Normalistas campesinos
Es obra de los mismos de antes
Con instintos asesinos

Estos gobiernos salieron buenos
Para madrear a normalistas
Con macanas y con truenos
sus fosas les tienen listas
.:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.:
Pobre del presidente Calderón
¡Que amarga le supo la miel!
Porque al tratarse de su vida
No pudo comprar votos a favor de él.

Este año comencé a poner su ofrenda
Llena de flores y promesas sin cumplir,
Ya llegó el día de muertos
Y mi calavera voy a pedir.
:.:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.: .:.:.:.:.:.:
Próximamente otro personaje infaltable en estas fechas “La Catrina

lunes, 15 de octubre de 2012

Día de Muertos V: "Me da para mi calaverita"




Triste  tu calavera!!!

Una de las  tradiciones que ha cobrado importancia en la actualidad, es aquella en donde los niños salen a "pedir calavera", misma que se cree que su origen data desde la época prehispánica, en donde se cuenta que un niño macehual que al no tener que ofrendarle a sus deudos (muertos) salía a "calaverear"; esta consistía básicamente en recolectar frutas, panes, dulces, comida, etc., en cierto modo, todo aquello que se pone en la ofrenda.

En la época de la colonia los niños salían con una pequeña vela metida en calavera de chilacayote o calabaza  haciendo oraciones y pidiendo el apoyo (en dinero o especie) que  por lo regular  era para provecho de la iglesia de la localidad.

En tiempos de la independencia se tenía por costumbre que las familias que tenían recursos acostumbraban dar para “su calavera” a sus sirvientes, que por lo regular consistía en un poco de dinero.

Hoy en día ésta tradición se ha hecho popular, pero los niños e incluso los jóvenes de algunas comunidades cercanas al lugar de referencia no salen a colectar frutas, sino más bien piden dinero, el cual será canjeado por dulces y/o licor, en este caso para los jóvenes que piden sus calaveras; se puede ver también que la calavera de chilacayote o calabaza se ha sustituido por una caja de cartón, adecuándola para la ocasión o más recientemente por  unos cráneos y calabazas de plástico (con una expresión terrorífica  por lo regular). Y  el dinero y elemento de la ofrenda (frutas, panes, dulces, comida, se ha cambiado para dar en la mayoría de los casos solo dulces.

En mi localidad, hay algunas casas que usan esta costumbre para dejar pasar a lo niños a ver sus ofrendas e incluso hay quienes preparan un pequeño “susto” para el pobre inocente que al ir a pedir calaverita ande por lo demás distraído :D

Para que se reciba o de la calavera se tiene que seguir con ciertos ritos, los cuales destacan los siguientes:

1 de noviembre. Para que se dé la calavera se dicen algunos versos como:

- Si no me da para mi calaverita si no la pobre se queda flaquita
- Me da para mi calaverita por favor o coopera para mi calaverita
- La viuda pide una ayuda para su pobre criatura… el muerto quiere comer condoches, si no le das se los come en la noche…
- Santa María … mata a su tía… échenle palos hasta que se ría.
- Padre nuestro que estás en los cerros tu cuidas las vacas y yo los becerros.
- Quiero paz quiero amor quiero dulces por favor.


2 de noviembre: Los que salen a calaverear en este día lo hacen acompañados de guitarras u otros instrumentos musicales de cuerda y de viento.

Ahora, a pesar de que la frase sigue siendo  “me da para mi calaverita”, lo cierto es que los niños y jóvenes, utilizan el dinero recolectado para todo, menos para comprar ese tradicional cráneo de dulce.

3 de noviembre. En este día se hace el reparto de la calavera, consistente en compartir la ofrenda que se puso en la mesa; entre familiares, compadres y amigos, esto se hace en forma reciproca, la conversación que se da durante el intercambio consiste generalmente en preguntar y/o comentar del como pasaron estos días de fiesta.

sábado, 13 de octubre de 2012

Día de Muertos IV: La ofrenda, elementos y significados.


A continuación algunos elementos que no pueden faltar en la ofrenda y sus significados.


El agua: Como fuente de la vida, es elemento purificador y vivificador. Representa emociones y se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.

La sal: Absorbente natural recoge impurezas y purifica. Evita la corrupción de la carne por eso se les pone a las anima para evitar que el cuerpo se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.

Velas y veladoras ( lamparillas): Antiguamente se usaba rajas de ocote, pero hoy en día el cirio. La llama es el símbolo de la luz interior que nos guía en el camino, y las almas lo necesitan para el viaje de regreso y su estancia en el más allá. Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.

Copal e incienso: El copal es una ofrenda que antiguamente era solo para la Diosa del inframundo, y así ella cuidará de las animas en su regreso al Mictlán.


Las flores: El alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños. Se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. La flor amarilla del Zempoalxóchitl deshojada, parece una alfombra sutil que marca el camino del color y olor a las ánimas. Los indígenas creían que la era una planta curativa, pero ahora solo sirve para adornar los altares y las tumbas de los difuntos.

El petate: Se utiliza como cama, mesa o mortaja. En estos días, se utiliza para que las animas descanse sobre el o también como mantel de las ofrendas sobre el que se colocan los alimentos de la celebración.

El Xoloescuintle:  Es el perrito de juguete para las ánimas infantiles. Eso hace recordar a los niños muertos que es su fiesta al mismo tiempo ayuda a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.
 Dulces: También se ponen solo el día de los muertos "chiquitos", para lo muertos "mayores" se cambian por cigarros y tequila.
El pan: Es uno de los ofrecimientos más preciosos del altar. Es la ofrenda fraternal, es el cuerpo de Cristo según el rito de la Iglesia Católica. Tal y como se conoce en la actualidad, hecho de harina de trigo, fue introducido en México durante la Colonia y su preparación fue adoptada y adaptada por los nativos, pero es en los días de muertos cuando cobra singulares formas, pues los panaderos les dan figuras humanas y o le hacen unos adornitos en forma de "huesitos" a este se le conoce como “Pan de Muerto”.

Las calaveras de azúcar: En tiempos de la Colonia estos eran los dulces destinados a las ánimas pequeñas, también se hacían de amaranto. En la actualidad las calaveritas tienen un nombre en la frente y puede ser de una persona ya fallecida o de una persona viva, esto es más como una broma inocente y a veces se puede interpretar como si se encomendará el alma de la persona viva a la muerte.

Tequila y Cigarros: Son para el recuerdo de los grandes festejos que disfruto en la otra vida con nosotros y se anime a visitarnos.

Una cruz grande de ceniza: sirve para que al llegar el ánima hasta el altar pueda expiar sus culpas pendientes.

La foto recordatoria del ánima: Esta no debe estar a la vista sino escondida de forma que solo sea vista mediante el espejo para "transmitir" al difunto que no dejamos de recordarlo pero que ya no pertenece a este plano que aquí no existe más.

Una imagen de las Ánimas del Purgatorio: para obtener la libertad del alma del difunto, en caso de que estuviera atrapado en este plano. También podría valer una pequeña cruz hecha con ceniza, y otras imágenes de santos, como intermediarios entre muertos y vivos.

El mole con pollo, gallina o guajolote: Es el platillo favorito que ponen en el altar muchos indígenas de todo el país, los guisos a base de chile que nuestros ancestros tienen sus orígenes en la época prehispánica, pues los historiadores mencionan el chile molido y mezclado con carnes de diversos animales, como el guajolote, el xolotlizcuintle (perro criado especialmente para comer), el pejelagarto y otros ingredientes; además se refieren a alimentos sazonados con diversas salsas de chile y de pepitas, la “pipiana”. Aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé. 

La buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita y los aromas de estos platillos son los efluvios aromáticos en honor a nuestros familiares. Se puede incluir el chocolate de agua.

Los tamales: Este platillo en la época prehispánica y en la actual es fundamental en el altar de muertos.
Elaborados con maíz cocido, “nixtamal” molido o triturado hasta formar una masa, y mezclado con caldo de pollo hasta espesar, los tamales se ponen en pequeñas porciones, envueltos en hojas de maíz, Papatla u hojas de plátano, colocándole en un recipiente para cocerlos; los hay de muy variados modos: de dulce, chile y sus derivados, mole, pipián o frijol, dependiendo de la economía de cada hogar.


Las tortillas de maíz:  Proviene de un pasado prehispánico con el que se conformó la base de la agricultura. Es el alimento más importante del pueblo mexicano, razón por la cual adquirió ofrenda principal. En esta fecha las mujeres en algunas regiones tienen por costumbre, elaborar las tortillas para colocarlas junto a otras ofrendas en el altar.

El chocolate: Actualmente durante estas fiestas se ofrecen bebidas preparadas a base de cacao y mezcladas con productos como la masa de maíz, canela, vainilla, amaranto y miel. Esta bebida se acompaña con tamales y es para conmemorar el día que vienen las ánimas de los niños o “chiquitos”.

Bueno pues es todo por hoy, ojala les haya gustado...para la próxima otra tradición de estas fechas "Pedir calaverita".

jueves, 11 de octubre de 2012

Día de muertos III: La ofrenda, sus orígenes



Los aztecas creían que las almas no morían, sino que continuaban viviendo en un lugar especial para que finalmente descansaran. Los bondadosos dioses habían creado este mundo ideal llamado Mictlán o Lugar de la Muerte, un sitio oscuro, pero no necesariamente lóbrego o melancólico. Aunque el viaje para llegar ahí era largo y penoso.

Los espíritus podían descansar plácidamente ahí y esperar, hasta el día en que podían regresar a sus antiguos hogares terrestres y visitar a sus parientes vivos. Se creía que aunque esos parientes no podían verlos, definitivamente podían sentirlos.

Las almas dejaban Mictlán y se dispersaban por sierras, planicies y desiertos. Sus instintos los guiaban a sus antiguos hogares. Durante esta jornada no encontraban los terribles obstáculos que habían sorteado para llegar a Mictlán; al contrario, como si estuvieran de vacaciones, su viaje era muy placentero. Sus parientes vivos los ayudaban esparciendo flores aromáticas, que emitían una esencia que viajaba por el aire, guiando a las almas de los difuntos hacia el lugar en que les aguardaba un banquete.

Entre las comunidades indígenas, sigue muy arraigada la idea de que en el más allá se otorga al difunto licencia para visitar a sus parientes que aún viven en el mundo terrenal; se trata de un huésped ilustre al que hay que agasajar y brindarle toda clase de atenciones.

Actualmente se cree que es una fiesta para comer, no sólo para las ánimas, sino también para los vivos. A esto se debe que en estos días se haga derroche de deliciosos y en algunos casos, muy elaborados platillos tradicionales. 

La ofrenda de origen indígena, se une con las flores y velas de la costumbre criolla y se elaboran altares donde se rezan oraciones para los difuntos.

Cada familia hace ofrendas para sus propios muertos y éstas serán más o menos importantes según la situación económica. Aunque celebradas generalmente en familia, las ofrendas poseen también un carácter comunitario y las ofrendas importantes atraen a centenares de personas. 

Entre más gente esté presente, más honradas se sentirán las almas de los difuntos, puesto que eso es una prueba segura de que durante su vida fueron y tuvieron muchos amigos.

Puede ser adornada con papel picado, papel de china o algún mantel blanco, donde descansan también figuras de barro, incensario, flores comida y hasta dulces y juguetes para las almas pequeñas y cigarros o mezcal y tequila para recibir a las ánimas grandes. Así nosotros recibimos y agasajamos a nuestros difuntos. Les mostramos nuestro recuerdo y nuestro cariño.

Eso es todo por hoy... mañana los elementos de una ofrenda y sus significados


miércoles, 10 de octubre de 2012

Día de muertos II: Los Dioses de la muerte




 “El pueblo mexicano tiene dos obsesiones: el gusto por la muerte y el amor a las flores. Antes de que nosotros "habláramos castilla" hubo un día del mes consagrado a la muerte; había extraña guerra que llamaron florida y en sangre los altares chorreaban buena suerte.” 

Lo prometido es deuda… he aquí

Los Dioses de la muerte.

Mictlantecuhtli, también conocido como Ixpúztec ("Rostro quebrado"), Nextepehua ("Esparcidor de cenizas") y Tzontémoc ("El que baja de cabeza").

Era un Dios temible, y aunque ejercía funciones que pudieran resultarnos paradójicas como el otorgar y fomentar la vida, como cuenta el célebre viaje de Quetzalcóatl al Mictlan, donde el resultado fue la creación de la raza humana.

Pero sobre todo su carácter temible es el que predomina en la cosmovisión prehispánica. Recordemos por un instante imágenes como las de la Casa de las Águilas, semidescarnadas, con garras amenazadoras y, en muchos casos, relacionadas con animales como la araña, el ciempiés, el alacrán, el búho y el murciélago. El Dios de la Muerte es, ante todo, un devorador insaciable de carne y sangre humanas.

Era también un activo sacrificador siempre era representado armado de un hacha o de un cuchillo de pedernal y presto a extraer el corazón de sus víctimas. Es más, su nariz y lengua acusan forma de filosos cuchillos, o en las máscaras-cráneo descubiertas en el Templo Mayor.

La parte femenina del inframundo era la diosa Mictecacíhuatl "Señora de la muerte", conocida como la "Dama de la Muerte" ya que se cree que murió al nacer y esposa de Mictlantecuhtli. Tenía como propósito vigilar los huesos de los muertos, las festividades celebradas por los aztecas eran precedidas por ella, estas fiestas eran celebradas después del tiempo de cosechas, para celebrar el fin de un ciclo más.

En aquellos días conocía el altar de muertos con el nombre de TZOMPAMTLI, se colocaba  un altar en forma de pirámide el cual era cubierto con papel teñido de diferentes colores, en la primera parte de este, colocaban una imagen de ella y en el segundo nivel; comida, flores, y velas acompañadas con un incensario (copal).
En el tercer nivel; velas y flores en el piso, sé hacia un camino de follaje, el cual se adornaba con flores y velas en las orillas.

En 1492 llegaron los españoles, después de haber vivido su cruel Edad Media. Llegaron su visión de la muerte, el juicio final, el cielo, purgatorio e infierno y el proceso evangelizador, ellos inteligentemente permitieron varios ritos de los mesoamericanos, ya que no podían destruir todo(aunque estoy segura que lo intentaron ¬¬).

Los europeos celebraban El Día de Todos Los Santos el primero de noviembre, algo semejante al Feast of All Hallows, o Fest of All Hallows (que nos dio Halloween) del 31 de octubre en Inglaterra, y eso desde el siglo IX. Después, desde el siglo XIII, el 2 de noviembre era el día en que se recordaba a Todos Los Santos, recordando a los difuntos que se pensaba estaban en Purgatorio.

Así fue como las dos creencias-festividades se combinaron.

En fin estas son las deidades más representativas de esta festividad, mañana explicare  un poco de la tradición ya desde un punto de vista actual y empezaremos a desgranar todos los elementos de la misma, como las ofrendas (y el significado de sus componentes).

martes, 9 de octubre de 2012

Día de Muertos_ Sus orígenes




Octubre ha llegado casi a su primera mitad…aquí en México, se acerca una de las festividades que más me gustan y me enorgullecen “Día de Muertos” o “Día de Todos los Santos”, así que en los próximos días estaré haciendo un pequeño informe de los que es y representa esta celebración tan hermosa y única de mi país.
Empezaré por sus orígenes.

Esta celebración viene de tiempos prehispánicos, en la Civilización Azteca, en esta cultura, como en todas las culturas prehispánicas, la muerte era abrazada con respeto y sin temor. Estaba presente en su cosmogonía, en su filosofía, en sus mitos y en sus festividades. Todo giraba alrededor de la dualidad vida-muerte, todo tenía su contraparte, como un principio fundamental.

Para los aztecas, los guerreros muertos en combate o en sacrificio eran elegidos por Huitzilopochtli (Dios Guerrero y deidad principal) para acompañarlo desde su nacimiento por el oriente, hasta el mediodía,  y  las mujeres muertas en parto - quienes eran consideradas como guerreras por la lucha que tuvieron que sostener al dar a luz -  eran elegidas para acompañar al Dios desde el mediodía hasta el atardecer. Pero sólo los hombres, al cabo de cuatro años de acompañar al astro rey en sus viajes diarios, se convertían en colibríes  para regresar así a la vida terrena.

El tlalocan, era otro lugar donde iban los muertos, pero aquí iban los que partieron de esta vida por diversas enfermedades, o a causas de incidentes con agua,  este era el lugar de las delicias, de veraneo, de verdor absoluto, en donde no hacía falta nada. En él residía el Dios del agua Tlaloc y sus ayudantes, los Tlaloques.

Los que morían de muerte común iban al Mictlán, que era el último de los nueve niveles del inframundo ubicado al norte y tierra de descanso eterno, en el residían Mictlancihuatl y Mictlantecuhtli, señor y señora del mundo de los muertos. 

El Mictlan era concebido también de forma dual, como una caverna a través de la cual llegan los muertos, pero de igual forma era el lugar del nacimiento de los hombres. Ya que según la leyenda Quetzalcóatl  bajo hasta el inframundo para pedirle a Mictlantecuhtli los huesos sagrados, de donde posteriormente, al mezclarlos con su poderosa sangre, nació el género humano. Y con ello dio origen al quinto sol (que según los aztecas es el que vivimos actualmente) Repitiendo así la dualidad vida-muerte.

Para lograr el descanso eterno, los muertos debían hacer un duro recorrido por ocho niveles del Mictlán; al cabo de cuatro duros años de retos y ayudados por Xolotl (dios del relámpago y los espíritus), los muertos llegaban al Chicunamictlan, que era el noveno y último nivel donde alcanzaban la liberación de su tonali (alma).

Hoy en día se sabe que,  el noveno mes del año de su calendario, conocido como Tlaxochimaco, aproximadamente el 16 de julio, era dedicado a la fiesta de los muertos niños y se conocía como “Miccailhuitontli”. Para ellos, se realizaban ritos y festividades con los que se les recordaba y a la vez se prevenía su muerte mediante hechizos que realizaban los ancianos. Pero también el décimo mes del año, aproximadamente el 5 de agosto, se llevaba a cabo el “Ueymicailhuitl” que era la celebración de los muertos grandes, se hacían grandes solemnidades sacrificando un gran número de hombres, colocándoseles abundantes ofrendas a su alrededor mientras un grupo de jóvenes bailaban en torno suyo adornados con plumas y joyas, lo cual era una forma de celebrar la muerte y darle la bienvenida a la vida.

Posteriormente, después de la conquista, los sacerdotes aprovecharon esta tradición, y como paso con TODAS las festividades de los nativos, se combinó con la celebración católica de Todos los Santos y Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre respectivamente).

Es todo por hoy…pero esperen mis aportaciones…para mañana “Los dioses de la muerte”



lunes, 8 de octubre de 2012




El Espejo.
El rey de Manchuria tenía un espejo mágico, donde el que miraba, veía, no su imagen, sino la del rey. Cierto cortesano que durante mucho tiempo había gozado del favor real y en consecuencia se había enriquecido más que cualquier otro súbdito, dijo al monarca: "Dame, te lo ruego, tu maravilloso espejo, para que cuando me encuentre apartado de tu augusta presencia pueda, a pesar de todo, rendir homenaje ante tu sombra visible, postrándome día y noche ante la gloria de tu benigno semblante, cuyo divino esplendor nada supera, ¡Oh Sol Meridiano del Universo!".Halagado por el discurso, el rey ordenó que el espejo fuese llevado al palacio del cortesano. Pero un día en que fue a visitarlo sin anuncio previo, encontró al espejo en un cuarto lleno de basura, nublado por el polvo y cubierto de telarañas. Esto lo encolerizó tanto, que golpeó el espejo con el puño, rompiendo el cristal y lastimándose cruelmente. Más enfurecido aún con esta desgracia, ordenó que el ingrato cortesano fuera arrojado a la cárcel, y que el espejo fuese reparado y conducido a su propio palacio. Y así se hizo. Pero cuando el rey volvió a mirarse en el espejo, no vio su imagen, como antes, sino la figura de un asno coronado, con una venda sangrienta en una de las patas: que era lo mismo que siempre habían visto los autores del artificio, y los meros espectadores, sin atreverse a comentarlo. Tras recibir esa lección de sabiduría y caridad, el rey puso en libertad al cortesano, hizo instalar el espejo en el respaldo del trono y reinó largos años con justicia y humildad. Y al morir mientras dormía sentado en el trono, toda la corte vio en el espejo la luminosa figura de un ángel, que sigue allí hasta hoy.

domingo, 7 de octubre de 2012




Caronte.
Lord Dunsany.

Caronte se inclinó hacia delante y remó. Todas las cosas del mundo eran una con su infinito cansancio.

Para él, la cuestión no se reducía a simples años o siglos, sino a ilimitados flujos de tiempo, y a una antigua pesadez y a un punzante dolor en los brazos, que se habían convertido en parte de un laberinto creado por los dioses y en un pedazo de Eternidad.

Si los dioses le hubieran enviado siquiera un viento contrario esto habría dividido todo el tiempo en su memoria en dos fragmentos iguales.
Tan grises resultaban las cosas donde él estaba, que si alguna luminosidad se demoraba entre los muertos, en el rostro de alguna reina como Cleopatra, sus ojos no podrían percibirla.

Era extraño que actualmente los muertos estuvieran llegando en tales cantidades. Llegaban de a miles cuando acostumbraban a llegar de a cincuenta. No era la obligación ni el deseo de Caronte considerar el porqué de estas cosas en su alma sombría. Caronte sólo se inclinaba hacia adelante, y remaba.

Entonces nadie arribó a sus costas por un tiempo. No era usual que los dioses no enviasen a nadie desde la Tierra; pero claro, los Dioses saben.
Entonces un hombre llegó solo. Y una pequeña sombra se sentó estremeciéndose en una playa solitaria y el gran bote negro zarpó. Sólo un pasajero; los dioses saben. Y un Caronte enorme y abatido remó y remó junto al pequeño, silencioso y tembloroso espíritu.

Y el sonido del río era como un poderoso suspiro lanzado por Aflicción, en el comienzo, entre sus hermanas, y que no pudo morir como los ecos del dolor humano que se apagan en las colinas terrestres, sino que era tan antiguo como el tiempo y el dolor en los brazos de Caronte.

Entonces, desde el gris y tranquilo río, el bote se materializó en la costa de Dis y la pequeña sombra, aún estremeciéndose, puso pie en tierra, y Caronte volteó el bote para dirigirse fatigosamente al mundo. Entonces la pequeña sombra habló, había sido un hombre.

"Soy el último", dijo.

Nunca nadie había hecho sonreír a Caronte, nunca nadie lo había hecho llorar.

Lord Dunsany.