jueves, 1 de noviembre de 2012

Día de Muertos IX: La Llorona, origen e historia

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Hola a todos aquellos que me leen o solo están de paso, por razones de salud hago un poco tarde la entrega de esta parte del proyecto que inicie hace unos días, pero bueno supongo que lo bueno es entregarlo, así que comencemos …

El relato de “La Llorona” es, entre todas las leyendas coloniales, la que más difusión y variedad  ha alcanzado con el paso del tiempo, hay cientos de versiones, según quien la cuente. En esta resume algo de la esencia de  la nueva nación mexicana: mestizaje, abandono paterno, muerte, arrepentimiento y castigo.

La historia básica, relata las relaciones “ilícitas” entre una mujer indígena o mestiza con un español, de tan apasionada relación nacieron varios hijos, no obstante lo cual la unión nunca se ve legitimada  por el matrimonio. El amante español, ante la posibilidad de un matrimonio ventajoso con una mujer criolla o española, rechaza a su mujer indígena, quien enloquece y  mata a sus hijos, lo más común es ahogándolos. Como penitencia eterna su espectro aparece todas las noches por ríos, lagos y calles, obligada a buscar a sus hijos, llorando y gritando “¡Aaay mis hijos!”, sembrando pánico entre quien la ven. Esta mujer tiene el cabello largo, viste de blanco y es muy atractiva y algunos hombres se atreven a seguirla , pero con frecuencia pagan su audacia con la muerte.

Aunque ubicada en la Colonia, el origen de esta leyenda podría remontarse a tiempos prehispánicos y estar relacionada con la historia de la Diosa Azteca Cihuacóatl .  De acuerdo con las descripciones de varios cronistas de la Nueva España como  Fray Bernardino de  Sahagún  quien escribió “Decían que de noche voceaba y bramaba en el aire; esta diosa se llama Cihuacóatl, que quiere decir mujer culebra; y también la llamaban Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. […] dicen también que traían una cuna a cuestas, como quien trae a su hijo en ella, y poníanse en el tianquiz entre las otras mujeres, y desapareciendo dejaba allí la cuna”  y Fray Juan de Torquemada, Cihuacóatl era la Diosa de la Tierra, y por ello devoradora de los restos humanos, que vuelve al lugar de los muertos y camina sobre el agua con una blusa de manta blanca. Tal ves esta figura haya sido adaptada por la mentalidad hispana al retratar  una situación real: las relaciones entre españoles o indias que originaron el mestizaje característico de la Nueva España, así como el rechazo de los mestizos por españoles e indios.

Espero hayan disfrutado  y les haya servido de algo toda la información que aquí he expuesto. En la próxima les contaré como pase las fiestas y acompañare esta anécdota con fotitos de varias ofrendas que he recolectado en estos días.
Felices fiestas a todos y no olviden que estas son las tradiciones netamente nuestras, por lo que no deben ser olvidadas…

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