Durante
la colonia, al combinarse las creencias de españoles e indios, se generaron
leyendas cuyos elementos centrales eran prestados, en general de historias
medievales y algunas veces de las formas y características indígenas. Estás aparecen
llenas de oscurantismo al tener como personajes principales a fantasmas, brujas,
la muerte y demás elementos sobrenaturales.
Se
trataba de historias y leyendas en las
que la codicia, lujuria, avaricia, ambición y todo tipo de libertinajes y
vicios eran castigados con la muerte, la muerte aparece como actor principal y
casi siempre vinculada al terror y al misterio. No se trataba de una muerte
justa, sino de una muerte ejemplificadora, súbita, aterradora y en ocasiones
inexplicable, que acechaba a los hombres.
La
muerte era un inevitable castigo. Una típica leyenda con este mensaje “edificante”
es “Sin morir estaba muerto” donde se cuenta la historia de Don Gonzalo Venegas
Quesada, quien era un mujeriego empedernido para quien las conquistas sentimentales
eran deporte; su vida la dedicaba a “derribar la entereza de las vírgenes” por lo cual se batió a duelo en varias
ocasiones y siempre salió victorioso. Don Gonzalo era pérfido y, a juzgar por
su comportamiento, enemigo de Dios; además era adinerado y se valía de todos
los medios posibles para conseguir sus propósitos.
Cierta
noche siguió a una bella dama que salía de una iglesia; la persecución lo
condujo hasta un zaguán y luego una habitación
en cuyo centro rodeado de cuatro cirios, se encontraba un féretro. La mujer se
hincó para besar la mano del muerto y luego se unió a un anciano que rezaba y
aun hombre que permanecía muy afligido.
La
escena heló el ánimo de Don Gonzalo pues reconoció en el anciano a su abuelo,
el hombre afligido y arrodillado era su padre y la mujer que había seguido era
su propia madre: todos ellos fallecidos hacia tiempo. En el féretro se hallaba
el propio cadáver del malvado Don Gonzalo, quien cayó desvanecido en el acto.
Al día siguiente, frente al convento del Carmen, se descubrió un humilde ataúd con
el cuerpo sin vida de Don Gonzalo.
Así
implacablemente, la muerte vencía al mal.
Eso
es todo por hoy… para la próxima la leyenda de leyendas… “La Llorona”
¿Y vos querés que lea la historia con esa tipografía?, ¿vos querés que me sangren los ojos? madre mía.
ResponderEliminar