martes, 9 de octubre de 2012

Día de Muertos_ Sus orígenes

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Octubre ha llegado casi a su primera mitad…aquí en México, se acerca una de las festividades que más me gustan y me enorgullecen “Día de Muertos” o “Día de Todos los Santos”, así que en los próximos días estaré haciendo un pequeño informe de los que es y representa esta celebración tan hermosa y única de mi país.
Empezaré por sus orígenes.

Esta celebración viene de tiempos prehispánicos, en la Civilización Azteca, en esta cultura, como en todas las culturas prehispánicas, la muerte era abrazada con respeto y sin temor. Estaba presente en su cosmogonía, en su filosofía, en sus mitos y en sus festividades. Todo giraba alrededor de la dualidad vida-muerte, todo tenía su contraparte, como un principio fundamental.

Para los aztecas, los guerreros muertos en combate o en sacrificio eran elegidos por Huitzilopochtli (Dios Guerrero y deidad principal) para acompañarlo desde su nacimiento por el oriente, hasta el mediodía,  y  las mujeres muertas en parto - quienes eran consideradas como guerreras por la lucha que tuvieron que sostener al dar a luz -  eran elegidas para acompañar al Dios desde el mediodía hasta el atardecer. Pero sólo los hombres, al cabo de cuatro años de acompañar al astro rey en sus viajes diarios, se convertían en colibríes  para regresar así a la vida terrena.

El tlalocan, era otro lugar donde iban los muertos, pero aquí iban los que partieron de esta vida por diversas enfermedades, o a causas de incidentes con agua,  este era el lugar de las delicias, de veraneo, de verdor absoluto, en donde no hacía falta nada. En él residía el Dios del agua Tlaloc y sus ayudantes, los Tlaloques.

Los que morían de muerte común iban al Mictlán, que era el último de los nueve niveles del inframundo ubicado al norte y tierra de descanso eterno, en el residían Mictlancihuatl y Mictlantecuhtli, señor y señora del mundo de los muertos. 

El Mictlan era concebido también de forma dual, como una caverna a través de la cual llegan los muertos, pero de igual forma era el lugar del nacimiento de los hombres. Ya que según la leyenda Quetzalcóatl  bajo hasta el inframundo para pedirle a Mictlantecuhtli los huesos sagrados, de donde posteriormente, al mezclarlos con su poderosa sangre, nació el género humano. Y con ello dio origen al quinto sol (que según los aztecas es el que vivimos actualmente) Repitiendo así la dualidad vida-muerte.

Para lograr el descanso eterno, los muertos debían hacer un duro recorrido por ocho niveles del Mictlán; al cabo de cuatro duros años de retos y ayudados por Xolotl (dios del relámpago y los espíritus), los muertos llegaban al Chicunamictlan, que era el noveno y último nivel donde alcanzaban la liberación de su tonali (alma).

Hoy en día se sabe que,  el noveno mes del año de su calendario, conocido como Tlaxochimaco, aproximadamente el 16 de julio, era dedicado a la fiesta de los muertos niños y se conocía como “Miccailhuitontli”. Para ellos, se realizaban ritos y festividades con los que se les recordaba y a la vez se prevenía su muerte mediante hechizos que realizaban los ancianos. Pero también el décimo mes del año, aproximadamente el 5 de agosto, se llevaba a cabo el “Ueymicailhuitl” que era la celebración de los muertos grandes, se hacían grandes solemnidades sacrificando un gran número de hombres, colocándoseles abundantes ofrendas a su alrededor mientras un grupo de jóvenes bailaban en torno suyo adornados con plumas y joyas, lo cual era una forma de celebrar la muerte y darle la bienvenida a la vida.

Posteriormente, después de la conquista, los sacerdotes aprovecharon esta tradición, y como paso con TODAS las festividades de los nativos, se combinó con la celebración católica de Todos los Santos y Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre respectivamente).

Es todo por hoy…pero esperen mis aportaciones…para mañana “Los dioses de la muerte”



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