Octubre ha
llegado casi a su primera mitad…aquí en México, se acerca una de las festividades
que más me gustan y me enorgullecen “Día
de Muertos” o “Día de Todos los
Santos”, así que en los próximos días estaré haciendo un pequeño informe de
los que es y representa esta celebración tan hermosa y única de mi país.
Empezaré por
sus orígenes.
Esta celebración
viene de tiempos prehispánicos, en la Civilización Azteca, en esta cultura,
como en todas las culturas prehispánicas, la muerte era abrazada
con respeto y sin temor. Estaba presente en su cosmogonía, en su filosofía, en
sus mitos y en sus festividades. Todo giraba alrededor de la dualidad
vida-muerte, todo tenía su contraparte, como un principio fundamental.
Para los aztecas, los guerreros
muertos en combate o en sacrificio eran elegidos por Huitzilopochtli (Dios Guerrero y deidad principal) para acompañarlo
desde su nacimiento por el oriente, hasta el mediodía, y las
mujeres muertas en parto - quienes eran consideradas como guerreras por la
lucha que tuvieron que sostener al dar a luz - eran elegidas para
acompañar al Dios desde el mediodía hasta el atardecer. Pero sólo los hombres,
al cabo de cuatro años de acompañar al astro rey en sus viajes diarios, se
convertían en colibríes para regresar
así a la vida terrena.
El tlalocan, era otro lugar donde iban los
muertos, pero aquí iban los que partieron de esta vida por diversas
enfermedades, o a causas de incidentes con agua, este era el lugar de las delicias, de veraneo,
de verdor absoluto, en donde no hacía falta nada. En él residía el Dios del
agua Tlaloc y sus ayudantes, los Tlaloques.
Los que morían de muerte común iban
al Mictlán, que era el último de los
nueve niveles del inframundo ubicado al norte y tierra de descanso eterno, en
el residían Mictlancihuatl y Mictlantecuhtli, señor y señora del mundo de los muertos.
El Mictlan era concebido también de forma dual, como una caverna a través de la cual llegan los muertos, pero de igual forma era el lugar del nacimiento de los hombres. Ya que según la leyenda Quetzalcóatl bajo hasta el inframundo para pedirle a Mictlantecuhtli los huesos sagrados, de donde posteriormente, al mezclarlos con su poderosa sangre, nació el género humano. Y con ello dio origen al quinto sol (que según los aztecas es el que vivimos actualmente) Repitiendo así la dualidad vida-muerte.
El Mictlan era concebido también de forma dual, como una caverna a través de la cual llegan los muertos, pero de igual forma era el lugar del nacimiento de los hombres. Ya que según la leyenda Quetzalcóatl bajo hasta el inframundo para pedirle a Mictlantecuhtli los huesos sagrados, de donde posteriormente, al mezclarlos con su poderosa sangre, nació el género humano. Y con ello dio origen al quinto sol (que según los aztecas es el que vivimos actualmente) Repitiendo así la dualidad vida-muerte.
Para lograr el descanso eterno, los
muertos debían hacer un duro recorrido por ocho niveles del Mictlán; al cabo de cuatro duros años de
retos y ayudados por Xolotl (dios
del relámpago y los espíritus), los muertos llegaban al Chicunamictlan,
que era el noveno y último nivel donde alcanzaban la liberación de su tonali (alma).
Hoy en día se
sabe que, el noveno mes del año de su
calendario, conocido como Tlaxochimaco, aproximadamente el 16 de julio, era dedicado a la
fiesta de los muertos niños y se conocía como “Miccailhuitontli”. Para ellos, se realizaban ritos y
festividades con los que se les recordaba y a la vez se prevenía su muerte
mediante hechizos que realizaban los ancianos. Pero también el décimo mes del
año, aproximadamente el 5 de agosto, se llevaba a cabo el “Ueymicailhuitl” que era la celebración
de los muertos grandes, se
hacían grandes solemnidades sacrificando un gran número de hombres,
colocándoseles abundantes ofrendas a su alrededor mientras un grupo de jóvenes
bailaban en torno suyo adornados con plumas y joyas, lo cual era una forma de
celebrar la muerte y darle la bienvenida a la vida.
Posteriormente,
después de la conquista, los sacerdotes aprovecharon esta tradición, y como
paso con TODAS las festividades de los nativos, se combinó con la celebración
católica de Todos los Santos y Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre
respectivamente).
Es todo por hoy…pero
esperen mis aportaciones…para mañana “Los dioses de la muerte”

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