domingo, 21 de octubre de 2012

Día de Muertos VII: La Catrina, su origen y su historia.

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En la época porfiriana, la gente “bien” , que en aquel entonces estaban muy  influenciados por los comportamientos modernos  importados de Europa, se alejó del espiritualismo de los indios y españoles, dando un carácter banal a la fecha.

Era costumbre de la clase adinerada, la de estrenar ropa para estos días, en aquellos días esta empresa era todo un reto, ya que eran confeccionadas por modistas quienes no se daban abasto en estas fechas. Así  la comunión entre vivos y muertos, el día de consagración y memoria de los finados, se había convertido en un pretexto de diversión de la “alta sociedad” porfiriana, en una ocasión para divertirse.

Amplios sectores de la sociedad paseaban por la Alameda el día 1ro. De noviembre; al día siguiente visitaban los panteones en un ambiente de frivolidad.

Al llegar la Revolución, con la popularización de las “calaveritas satíricas” estas tradiciones fúnebres  se volvieron más del “pueblo” que aprovechaba estas fechas para burlarse de cierto modo de la clase política y adinerada del país, esta tradición alcanzó su máximo nivel de la mano de José Guadalupe Posada, grabador nacido en Aguascalientes en 1852.

Posadas no solo señalo gráficamente las lacras, las miserias y los errores de la sociedad de su época, sino que satirizaron a los políticos venales, ambiciosos y tiránicos, por cuyo motivo fueron a dar varias veces a la cárcel.

En sus trabajos Posada retrata a la muerte en actividades cotidianas, sin respetar clases ni oficios; De sus trabajo el más representativo es la “La Calavera Garbancera” ésta elegante calavera es la representación caricaturesca de la clase privilegiada que imperó en México a fines del siglo XIX y principios del XX, durante la dictadura del porfiriato.  

Alcanzó y forjó su popularidad cuando el también artista mexicano Diego Rivera la retrató junto a él y Posada en su célebre mural “Un domingo en la Alameda”. Y de ahí se le dio el nombre de “La Catrina”. Esta palabra proviene de la palabra ‘catrín’, sinónimo de elegante, distinguido, bien vestido, fino, sofisticado y otros adjetivos con que el pueblo denominaba a las clases privilegiadas de esa época. La Catrina es la compañera del Catrín y con ese garbo ha permanecido hasta nuestros días.

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