jueves, 11 de octubre de 2012

Día de muertos III: La ofrenda, sus orígenes

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Los aztecas creían que las almas no morían, sino que continuaban viviendo en un lugar especial para que finalmente descansaran. Los bondadosos dioses habían creado este mundo ideal llamado Mictlán o Lugar de la Muerte, un sitio oscuro, pero no necesariamente lóbrego o melancólico. Aunque el viaje para llegar ahí era largo y penoso.

Los espíritus podían descansar plácidamente ahí y esperar, hasta el día en que podían regresar a sus antiguos hogares terrestres y visitar a sus parientes vivos. Se creía que aunque esos parientes no podían verlos, definitivamente podían sentirlos.

Las almas dejaban Mictlán y se dispersaban por sierras, planicies y desiertos. Sus instintos los guiaban a sus antiguos hogares. Durante esta jornada no encontraban los terribles obstáculos que habían sorteado para llegar a Mictlán; al contrario, como si estuvieran de vacaciones, su viaje era muy placentero. Sus parientes vivos los ayudaban esparciendo flores aromáticas, que emitían una esencia que viajaba por el aire, guiando a las almas de los difuntos hacia el lugar en que les aguardaba un banquete.

Entre las comunidades indígenas, sigue muy arraigada la idea de que en el más allá se otorga al difunto licencia para visitar a sus parientes que aún viven en el mundo terrenal; se trata de un huésped ilustre al que hay que agasajar y brindarle toda clase de atenciones.

Actualmente se cree que es una fiesta para comer, no sólo para las ánimas, sino también para los vivos. A esto se debe que en estos días se haga derroche de deliciosos y en algunos casos, muy elaborados platillos tradicionales. 

La ofrenda de origen indígena, se une con las flores y velas de la costumbre criolla y se elaboran altares donde se rezan oraciones para los difuntos.

Cada familia hace ofrendas para sus propios muertos y éstas serán más o menos importantes según la situación económica. Aunque celebradas generalmente en familia, las ofrendas poseen también un carácter comunitario y las ofrendas importantes atraen a centenares de personas. 

Entre más gente esté presente, más honradas se sentirán las almas de los difuntos, puesto que eso es una prueba segura de que durante su vida fueron y tuvieron muchos amigos.

Puede ser adornada con papel picado, papel de china o algún mantel blanco, donde descansan también figuras de barro, incensario, flores comida y hasta dulces y juguetes para las almas pequeñas y cigarros o mezcal y tequila para recibir a las ánimas grandes. Así nosotros recibimos y agasajamos a nuestros difuntos. Les mostramos nuestro recuerdo y nuestro cariño.

Eso es todo por hoy... mañana los elementos de una ofrenda y sus significados


1 comentario:

  1. orales vaya que te estas volviendo todo una eminencia, te felicito, y que le sigas echando ganas, que muy pronto empesaran a llegar las felicitaciones, y por montones, tu nada mas no te achicopales ^.^

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